Espíritu Santo
Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima
Trinidad del cristianismo. El Espíritu Santo es una persona distinta del Padre
y del Hijo (primera y segunda persona de la Santísima Trinidad) pero posee con
ellos una misma naturaleza y esencia divina.
En el evangelio de San Juan se afirma que Praclito se
quedará con los discípulos después de que Jesús ya no sea visible.
Para los cristianos, el nacimiento de su iglesia es marcada
precisamente con el descenso del Espíritu Santo sobre los discípulos de Jesús
luego de su crucifixión y resurrección llamada Pentecostés.
El Espíritu Santo procede de la espiración (respiro,
aliento) del Padre y del Hijo juntos como un principio único.
Representaciones del Espíritu Santo
Existen varias representaciones del Espíritu Santo descritas en la Biblia. Algunas de ellas son:
El agua: Mediante el sacramento del Bautismo, el agua representa el Espíritu otorgando un nuevo nacimiento.
La unción: Es un óleo que representa la fuerza del Espíritu
usado en el sacramento de la Confirmación.
El viento:
El fuego: Presente en los actos del Espíritu, símbolo de la energía transformadora.
La nube y la luz: Representa la manifestación del Espíritu
como, por ejemplo, cuando desciende sobre la Virgen María.
El sello: Presente en los sacramentos imponiendo el carácter
indeleble del Espíritu.
La mano: Mediante la imposición de las manos se transmite el
don del Espíritu Santo.
La paloma: Se presenta en el bautismo de Jesús.
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